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¿Cuándo entrenar se vuelve una obsesión? Consecuencias del sobre-entrenamiento


Entrenar o ejercitar el cuerpo es una de las mejores estrategias para gozar de un estilo de vida saludable, no sólo a nivel físico sino mental. Sus beneficios sin duda alguna son la clave para sentirse bien consigo mismo y librarse de una lista larga de enfermedades. Sin embargo, todo en la vida tiene su excepción. Caer en excesos, o sobre-entrenarnos, puede traer consigo más desventajas que beneficios. El estímulo del ejercicio crea pequeñas rupturas en la fibra muscular y cuando le das el tiempo de recuperarse, estas fibras crecen. Pero si no te recuperas, pues este mágico proceso no pasa y con el pasar de los días tu rendimiento se compromete.


El sobre-entrenamiento afecta el rendimiento debido a una adaptación inadecuada a los estímulos del ejercicio que genera una alteración del equilibrio corporal. Su efecto inmediato se traduce en fatiga aguda, molestias musculares o articulares e irritabilidad. Si notas que tu cuerpo no rinde igual, tus tiempos de recuperación son más largos, tus músculos no responden eficientemente, eres más susceptible a refriados y te sientes cansado o malhumorado todo el día, es momento de parar y revisar la planificación de tus entrenamientos. Dentro de los principales efectos secundarios del sobre entrenamiento se encuentran alteraciones de orden:


-Físico: Disminución del rendimiento y la fuerza muscular, pérdida de coordinación, aumento de la frecuencia cardiaca, disminución excesiva de la grasa corporal, fatiga crónica, riesgo incrementado a lesiones musculares y articulares. -Inmunológico: Susceptibilidad a infecciones y resfriados. -Bioquímicos: Disfunciones hormonales, amenorrea (ausencia de menstruación), hipertiroidismo, desmineralización ósea, catabolismo muscular, anemia, hipercolesterolemia. -Psicológicos: Depresión, apatía generalizada, pérdida de la autoestima, inestabilidad emocional, trastornos de concentración e insomnio. Las estrategias de prevención incluyen la recuperación adecuada, respetando los tiempos de descanso, ajuste del volumen o cargas del entrenamiento. El alternar la intensidad de las sesiones y adecuar los tiempos de descanso constituyen un pilar fundamental en el rendimiento deportivo. Otro de los factores a considerar es el manejo del estrés en condiciones de preparación deportiva, las exigencias físicas y mentales son considerablemente altas, en especial si el atleta se encuentra cerca de algún evento o competición, por ello, minimizar el estrés psicológico a través de terapias de relajación representa un eslabón esencial.


Adicional a ello, el error y causa más común de este estado de fatiga es el subvalorar la alimentación. Llevar una dieta variada y balanceada en términos de calidad en cantidad, que se ajusten a las necesidades energéticas y nutricionales de cada atleta es estrictamente necesario a fin de optimizar el rendimiento, prevenir lesiones y garantizar un óptimo estado de salud.


Ningún exceso es beneficioso, llevar un estilo de vida saludable no es sinónimo de extremismo. Asesórate con profesionales capacitados que te ayuden al logro de tus objetivos preservando siempre tu salud y bienestar.

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